jueves, 30 de agosto de 2007

Hasta siempre Antonio Puerta

Buenas de nuevo gente....después de tanto tiempo..he vuelto...pero para poner algo muy triste...

Yo soy madridista hasta la muerte, pero la muerte de Antonio Puerta me ha echo identificarme con la gente sevillista...ese chico...era un grandísimo jugador...uno de los mejores laterales izq de españa ( a mi modo de ver el mejor...) como persona, ante las cámaras se le veía como un gran tipo con un buen corazón, al que la fama no se le había subido a la cabeza, eso dice mucho de él.

Cuando se desmayó, fue un momento de sorpresa y a la vez frustración...por no poder hacer nada por ayudarle...ver a sus compañeros nerviosos intentando evitar que se tragase la lengua..ver como los médicos lo reaniman...ver como se levanta él y se va andando por su propio pie..increíble..ahí se vió lo luchador que es, y que no se quería ir..

Su familia a perdido a un ser querido...ha dejado a una mujer embarazada de un niño, que esperemos sea sano y sea jugador de fútbol, pero aparte de a su familia...a la familia del fútbol nos ha dejado sin un buen jugador, nos ha dejado sin el dorsal nº 16...sin PUERTA..

Mucho tiempo pasará hasta que alguien se enfunde el 16 o alomejor no se lo enfunda nadie...no losé; la vida ha demostrado lo cruel que puede llegar a ser, y ha sido cruel con un chico de 22 años...en la flor de la vida..

yo sin tener opción a mandar otra cosa...mando mi más sentido pésame a su familia y amigos..y a los sevillistas....decirles que ánimo, y que nunca le olviden.

Aqui os dejo un texto sacado de un foro sevillano, que sinceramente, es impresionante de lo bonito que es:

Papá, está noche he tenido una pesadilla, si, una de esas penurias con las que uno sueña y desea despertar. Lo he pasado bastante mal. He soñado que un amigo mío futbolista, uno que conocí allá por la temporada 2002- 2003 en la ciudad deportiva, le pasaba algo muy extraño.
Estaba jugando un partido con todos sus amigos en un campo bastante grande, mucho más grande que en la placita donde se crió, mucho más grande que aquel campo de albero donde jugó, y de repente se mareó. A todos nos pareció relativamente normal, ya que sabes papá, vivimos en una ciudad donde imperan las altas temperaturas.
Entre gritos de ovación de todos sus amigos allí presentes, mi amigo se levantaba enrabiado fruto de sus ganas de jugar; eso de dejar al equipo con uno menos le parecía injusto. Los responsables de mi amigo llamaron al mister para que lo cambiasen y así descansar del dichoso mareo. Por su propio pie llegaba al vestuario y sin motivo aparente mi amigo se vuelve a marear.
Aquí es cuando el sueño pasa a ser pesadilla. No recuerdo bien el resultado del partido, creo que era positivo, pero mi amigo ya no estaba jugando.
Cuando todo parece finalizar en un flash me transporto a casa y me veo delante de la televisión, y veo que una señora mayor, de edad parecida a la de mamá, dice en un programa bastante serio que mi amigo, si sí, mi amigo el que se desmayaba, había sufrido varias paradas cardiorrespiratorias. ¿Por qué papá? ¿Qué le pasa a mi amigo?
En otro de esos flashes me transporto hacia un lugar donde veo mucha gente salir y entrar con caras bastante extrañas, como tristes. No lo entiendo papá, ¿Qué pasa aquí? Leo una pancarta de una peña amiga llamada Arte&Vida bastante emotiva, que se refiere a aquel gol que mi amigo marcó la temporada pasada.
¿Papá te acuerdas? ¿Te acuerdas de esas lágrimas? Me acabo de dar cuenta de que estoy en ese lugar donde mamá me lleva cada vez que me duele la barriga o la cabeza, o cuando hago trastadas con mis hermanos y me rompo algún hueso.
No se leer muy bien del todo, pero creo que pone hospital. Aquí tratan a la gente como en un hotel, pero solo si estás malo. Como si de un regate se tratase han pasado ya casi 3 días en ese fatídico lugar.
No veo caras alegres y me estoy poniendo triste. Veo como entran en el lugar llamado hospital amigos de mi amigo bastante importante, algunos de talla internacional como es un amigo llamado José Antonio Reyes.
Algo no va bien… Es martes, las temperaturas han bajado y el clima que se respira allí no es bastante bueno. Las cámaras de la televisión se agolpan en la puerta porque un hombre del que dicen es bastante importante quiere decir algo.
Utiliza un lenguaje complicado para mí, pero llego a entender algo que me escandaliza: mi amigo se ha ido.
¿Cómo se puede haber ido si llevo en esta puerta sin moverme 3 días?
¿Por dónde ha salido? Veo a gente llorar y con mi mas sincera iniciativa le digo a una señora que no lo pase mal, que si quiere vendrá conmigo y con mis padres a buscarlo con el coche. De momento me traslado hacia el estadio donde entre cantos desmesurados de la gente veo como uno a uno van llegando gente muy famosa.
¡Oh! ¡Pero si es Darío Silva! La gente grita el nombre de mi amigo y veo llegar una caja marrón de madera. ¿Papá eso que es? Se hace el silencio en la entrada de nuestro estadio y meten esa caja dentro de él.
Veo a más gente llorar, cada vez estoy más preocupado. No he encontrado a mi amigo aún y veo a mucha gente que lo busca como yo. ¿Papá la policía lo está buscando también? Ahora es de día y veo como sigue estando esa caja en el antepalco del estadio, rodeado de innumerables ramos de flores, fotos y varias banderas, todo ello acompañado de un mural de un tamaño grandísimo con fotos de mi amigo.
¡Qué alivio! No solo yo lo estoy buscando, miles de personas, de distintos equipos, razas, nacionalidades también lo están buscando.
Veo llegar un autobús verde. Veo como bajan muchos jugadores del Betis y veo como dos enemigos del fútbol, Don José Maria Del Nido y Don Manuel Ruiz de Lopera se dan un abrazo, ellos también buscan a mi amigo, o al menos eso creo ver en el reflejo de sus ojos. Mientras veo todo esto recuerdo a mi amigo en Mónaco, cuando decía aquello de “maldita la pelota que se me viene a la derecha” por aquello de que con su pierna menos buena era un taruguillo.
Recuerdo también aquel gol contra el Schalke y aquellos partidos en los que la gente, sin duda sus amigos, se enfadaban con él porque no rendía lo suficiente.
En la última parte de mi sueño veo como un hombre vestido de blanco, uno igual que el que me bautizó reza un Padrenuestro y después de varios actos se llevan la caja en un recorrido por Sevilla. Una vez en el cementerio entierran la caja y ponen muchísimas flores.
Ahí me desperté papá, ¿vaya pesadilla no? No puedes imaginar lo duro que es perder a un amigo y no poder encontrarlo por mucho que tus amigos, los amigos de tus amigos, todos en general quieran recuperarlo. Con este sueño me di cuenta que mi amigo tiene muchos amigos famosos, gente muy importante, y por lo tanto he llegado a la conclusión de que soy muy afortunado de conocerle.
Y tú, papá, por ser su amigo, y tú también, si tú, el que lees esta carta, por haber dado la cara por él siempre, por haber cantado sus goles, por haberle gritado por un mal pase.
Por haber soltado una lágrima cuando hizo una maravilla. Por haber llorado desconsoladamente al verlo entrar por la puerta principal de Preferencia. Por haberle visto jugar desde sus inicios. Por haber compartido con él momentos de gloria y de tristeza. Por haber portado su camiseta durante tantos partidos en la grada, llueva o nieve. Por haber estado en esas vallas agolpado esperando a su alma.
Por suerte papá, todo era un sueño… ¿no?

Francisco Lorenzo

precioso...me quedé sin palabras al leerlo la primera vez y ahora me vuelvo a quedar igual.

MUCHO ÁNIMO A TODOS

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